Facultad de Derecho
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CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 3 (Julio, 2015): 100-114
demuestra que algunas realidades son obvias en
sí. Y nada rearma la objetividad de la realidad
externa tanto como la muerte: “muero luego existo”;
“puedo prevalecer en la lucha por la supervivencia,
luego soy más apto que quienes no pueden”. “Mato,
luego existo”: esta armación es independiente de
su contexto, válida para quien sobreviva, hombre o
mujer, indio, negro, blanco o amarillo, musulmán,
cristiano, budista o judío.
El Occidente liberal-secular actual es una cultura
construida sobre la premisa de una realidad externa
cognoscible que puede volverse más controlable por
la actividad humana, y sobre el valor trascendente
que adjudica al individuo. Es la cultura de quienes
han superado la subordinación a los dogmas
religiosos pre-losócos de donde han emergido
todas las civilizaciones. Es UNA CULTURA
NATURAL POTENCIALMENTE UNIVERSAL.
Su expansionismo es natural, porque ha generado
categorías universales que trascienden a su propia
civilización. Lo ilustran la incondicional adopción
rusa y japonesa de la epistemología occidental,
desde Pedro el Grande y la era Meiji. Lo que la hace
metafóricamente imperialista es que se expande
porque genera poder a través de la manipulación de la
naturaleza.
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Haber llegado a este punto representa un
movimiento del reloj mundial y también de la historia
natural. Como lo hace I. Wallerstein en su obra e
Modern World-System de 1976, con la idea ‘historia
natural’ me referiré a todo fenómeno que pueda
conceptualizarse en ‘etapas de un proceso evolutivo’.
El sistema-mundial tiene una historia natural,
porque la sociedad humana ha pasado por etapas de
tecnología y desarrollo de los medios de producción
(y de destrucción); y la tecnología marca el tiempo
del reloj-mundial. Esta idea ayuda a entender porqué
el desarrollo económico no puede entenderse como
una sucesión de etapas que se repiten en cualquier
proceso de desarrollo; y, de igual forma, porqué los
países no se modernizan políticamente siguiendo
etapas comparables, a no ser que lo hagan bajo las
mismas circunstancias mundiales. Por ej., en el
siglo XVI, un imperio no hubiera sobrevivido sin la
esclavitud, que en ese momento del reloj-mundial
resultaba un rasgo adaptativo. Hoy, ni un país ni
una región del mundo, visto aisladamente, es un
sistema social independiente. El único verdadero
sistema social es el sistema-mundial. Karl Popper,
en Objective Knowledge: An Evolutionary Approach
(1972) propuso que el conocimiento cientíco crece
mediante falsación de hipótesis alternativas por
los datos empíricos: hay una selección natural de
hipótesis. El conocimiento proposicional o conjetural
así generado es objetivo, acumulativo y constituye
una dimensión de la evolución social (una teoría
darwiniana del crecimiento del saber). En cada
época, son las hipótesis que han sobrevivido hasta
ese momento. Se trata de una epistemología natural
que genera poder porque permite manipular la
naturaleza. El prerrequisito para su desarrollo fue la
idea de naturaleza, ideada por la losofía de la Grecia
antigua. El equivalente pre-losóco de ‘naturaleza’
es ‘costumbre’ o ‘manera’: el graznido es el hábito del
pato, luchar es la costumbre del soldado, crear es la
manera de Dios. La naturaleza fue hallada cuando
los griegos buscaban el ‘principio’ de todas las cosas.
Sólo cuando este paso hubo sido dado, pudo Grecia
desarrollar su método de identicación de causas
y efectos, y la ciencia lógica. Su espíritu conquistó
a sus sucesores macedónicos y romanos.
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La Edad
Moderna fue factible gracias a la efectividad de la
pólvora y su supremacía, independientemente de que
fuera usada por blancos, negros o amarillos.
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7 Inclusive la manipulación de la naturaleza humana a través de la introducción de imaginarios sociales que son convenientes para algún tipo de poder histórico.
8 Todo pueblo ha tenido, junto con los razonamientos analógico e inductivo, también el deductivo, sobre todo en su versión consistente en aplicar armaciones
universales a casos particulares. Lo que hicieron Platón, Aristóteles y sus discípulos estoicos en esta materia, igual que un poco antes habían hecho los
pitagóricos con temas de la matemática, fue tomar conciencia de las estructuras o formas de razonamiento, de modo que, una vez resaltadas y abstraídas,
podían ser fácilmente enseñadas y utilizadas con la certeza de lograr conclusiones verdaderas a partir de premisas verdaderas: un método que daba a los
cerebros del pueblo que lo poseía una ventaja mental comparativa enorme, es decir, aumentaba su poder de análisis y de investigación de la realidad. Hubo
genios griegos, como Arquímedes o Hierón, que idearon máquinas muy avanzadas basados en la aplicación de la lógica a los principios de la física (artilugios
de mecánica, de óptica…); pero el poco interés de la civilización sur-europea antigua por facilitar un trabajo que, en su concepción, realizaban sucientemente
bien los esclavos, impidió que se llegara a desarrollar una revolución industrial temprana… Habría que esperar hasta la Modernidad. Ya en la Baja Edad Media
se dio la invención de mecanismos de relojería y, en general de los autómatas, así como la artillería, que, asociada a la lógica y a la geometría de Euclides,
refuncionalizó la invención china de la pólvora de uso bélico (en 1126 Li Gang defendió su ciudad de Kaifeng con cañones de pólvora: salitre [KNO3] + S con
carbón, para propulsar echas explosivas, que fue traída hacia Europa por persas y árabes [sitio de Algeciras, 1342]). Los castellanos fueron los primeros en
usar naves artilladas desde 1359.
9 De hecho, desde Mao Tze Tung en China, y en las últimas décadas la India junto a otros países no-occidentales, han entrado en la carrera por el dominio de
la tecnociencia y de la economía mundiales; así, estas ya no son occidentales sino un gran proyecto fáctico de toda la humanidad; y depende de todos sus
integrantes si direccionamos el mundo hacia metas más humanistas o, como en los hechos está sucediendo, más opresoras de los más débiles, individual o
colectivamente.