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CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 2 (Diciembre, 2014): 47-56
Pamela Jijón*
Universidad de Las Américas - Ecuador
DE LA PLURALIDAD COMO CONDICIÓN PARA EL ADVENIMIENTO DE LO
POLÍTICO Y EL RIESGO DE LA ESTETIZACIÓN DE LA DIFERENCIA
OF THE PLURALITY AS A CONDITION FOR THE ADVENT OF POLITICS
AND THE RISK OF AESTHETICIZATION OF DIFFERENCE
DA PLURALIDADE COMO CONDIÇAO PARA A PROJEÇAO DO POLÍTICO E O
RISCO DA ESTETIZAÇAO DA DIFERENÇA
Resumen
El pluralismo jurídico nos remite a una discusión en la que,
entendiendo a la política como el espacio de realización y
manifestación de lo jurídico, es necesario establecer la na-
turaleza de la relación entre la política y el pluralismo. Así,
resulta esclarecedor recurrir al pensamiento de Hannah
Arendt, para comprender cómo el pluralismo constituye la
condición necesaria de la construcción de la política, que a
su vez es la manifestación de dos elementos principales: la
acción y la palabra. Sin embargo, es preciso mostrar, junto
con Rancière, que la política lejos de ser un espacio per-
fecto de realización de la relación entre los hombres, está
marcada por un fallo, que implica la no participación de
una parte de los sujetos en el reparto del mundo común. En
nuestro contexto nacional y regional, los sujetos indígenas
han sido víctimas de este fallo, y el pluralismo jurídico que
ha constituido una acción por remediarlo sin embargo, se
ha mantenido en la amenaza de la estetización de la diferen-
cia como forma de negación del otro.
Palabras clave: política; pluralismo; acción; mundo común;
estetización; diferencia.
Summary
Legal pluralism necessarily refers us to a discussion in
which, by looking at politics as the space for the realization
and manifestation of the law, it is necessary to establish the
nature of the relationship between politics and pluralism.
is is why is enlightening to look up towards Hannah
Arendt thinking to understand how pluralism is the requi-
red condition for the construction of politics, which at the
same time is the manifestation of two main elements: ac-
tion and word. However, it is important to show, like Ran-
cière does, that politics is not a perfect space for achieving
human relationship, and it is marked by a failure that im-
plies the non-participation of one part of the characters in
the cast of the common world. In our national and regional
context, indigenous individuals have been victims of this
failure, and legal pluralism is an action to remedy this failu-
re, that nevertheless is still in the threat of an estheticization
of dierence as a form of the others denial.
Key words: politics; pluralism; action; estheticization; com-
mon world; dierence.
Resumo
O pluralismo jurídico nos refere a uma discussão que, en-
tendendo a política como o espaço de realização e mani-
festação do jurídico, e necessário estabelecer a natureza
da relação entre a política, e o pluralismo. Assim, resulta
esclarecedor recorrer ao pensamento de Hannah Arendt,
para compreender como o pluralismo constitui a condição
necessária da construção da política, que a sua vez e a ma-
nifestação dos elementos principais: a ação e a palavra. Mas,
e preciso mostrar, junto com Rancière, que a política lon-
ge de ser um espaço perfeito de realização da relação entre
os homens, está marcada por uma sentença, que implica a
não participação de uma parte dos sujeitos na repartição do
mundo comum. Em nosso contexto nacional e regional, os
sujeitos indígenas foram vítimas desta sentença, e o plura-
lismo jurídico que foi construindo una ação por remedia ló,
entretanto, se mantem a ameaça da estetização da diferença
como forma de negação do outro.
Palavras chaves: política; pluralismo; ação; mundo co-
mum; estetização; diferença.
* Docente de la Universidad de las Américas. Inició sus estudios de losofía en la “Ponticia Universidad Católica del Ecuador. Obtuvo una beca del gobierno
francés para la realización de su máster en Filosofía, en el que se especializó en Filosofía de Lenguaje. En 2012 obtuvo su doctorado en Filosofía en la Univer-
sidad de París 8 Vincennes Saint-Denis con una tesis sobre “el retorno del concepto de trabajo en la política. Una vía para la emancipación en América latina
bajo la dirección del profesor Georges Navet.
Recibido: 23/10/2014
Aceptado: 28/11/2014
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El levantamiento indígena de los años noventa
abrió en el Ecuador un espacio político de encuen-
tro. El sujeto colectivo indígena se develó ante la co-
munidad blanco-mestiza irrumpiendo en el espacio
político y desde ahí recongurando nuestra forma de
concebir el espacio común. Abensour sitúa el regreso
de la política en Europa en el momento que llama
dislocación de los totalitarismos, en nuestro caso po-
demos decir que los levantamientos indígenas de los
años 90 determinan ese momento. Son las cosas po-
ticas que irrumpen en el presente, interrumpiendo el
olvido que las afectaba, luchando porque se ponga un
n y que se responda a las preguntas que no dejan de
suscitarse
1
(Abensour 2006, 12).
Podemos considerar un advenimiento de lo po-
lítico desde la armación del reconocimiento de la
subjetivación política indígena por su acción y su pa-
labra que permitieron apareciera como agentes de la
construcción de nuestro mundo común.
Con esto no decimos que los sujetos indígenas no
existían o no mantenían una existencia política antes
de este encuentro, sino que insistimos en el hecho de
que el levantamiento indígena por su naturaleza fue
un evento visibilizador del agente y desde ahí marcó
la nueva temporalidad nacional que necesitó nom-
brar y armar la pluralidad.
No existe inmediatez en la aceptación de la plu-
ralidad y en la apertura del mundo común, de ahí
que podamos plantear la existencia de un proceso, de
un trabajo político al nal del cual esperamos poder
constituir un mundo común nacido de la pluralidad.
Uno de los puntos fundamentales en este proceso es
la problematización de la norma como elemento ho-
mogeneizador capaz de negar la existencia del Otro
Sujeto, al no tener en cuenta su palabra política.
Al referirnos al pluralismo jurídico nos enfren-
tamos a una discusión en la que una concepción es-
pecíca del sujeto político, o de los sujetos políticos,
va de la mano de una relación vigente entre política y
pluralidad y, en este cuestionamiento el pensamiento
de Arendt resulta fundamental.
Nos detendremos entonces en repasar cómo el
espacio político puede ser nombrado como tal, sólo
a partir de la armación de la pluralidad, teniendo
en cuenta dos elementos constitutivos: la palabra y la
acción. Para luego, junto a Rancière, armar la exis-
tencia de un fallo de la política que implica necesa-
riamente la existencia de un litigio en el que se sitúa
la estetización política. Finalmente, señalaremos el
riesgo que implica la estetización especíca de la di-
ferencia.
1. El espacio político de la pluralidad
En su obra La condición del hombre moderno,
Arendt posiciona “la paradójica pluralidad de seres
únicos”
2
(Arendt 2006, 232) como la condición
3
per
quam de toda vida política, deniendo a la plurali-
dad con la frase inter homines esse, el vivir entre los
hombres insistiendo, como lo arma Abensour, en el
término inter “esencial por el hecho de que se da como
el signo sensible de la condición de pluralidad, a saber
la existencia de un espacio, de un intervalo, entre los
hombres (Abensour 2006,123).
Así, la diferencia existente entre cada individuo
constituye la base de realización de la política, al in-
terior de la igualdad que implica la condición huma-
na. De esta manera cualquier proyecto que busque
homogeneizar pondría n a la posibilidad política.
El espacio político es donde aquel que es absoluta-
mente diferente puede entrar, y así la existencia de
la política pasa necesariamente por la armación
de ese lugar. De esta manera, “la política organiza a
seres absolutamente diferentes considerando su igual-
dad relativa y haciendo abstracción de su diversidad
relativa
4
(Arendt 1995,43). Podemos relacionar esta
1. “Ce sont les choses politiques qui font irruption dans le présent, interrompant l’oubli qui les aectait, luttant pour qu’il y soit mis un terme et qu’on réponde aux
questions qu’elles ne manquent pas de susciter.
2. Las distintas citas del ensayo son traducciones libres de los textos originales estudiados en francés y citados en idioma original en pie de página.
3. Sobre la noción de condición, Miguel Abensour sostiene que: “La idea de condición en Arendt no se reduce al conjunto de los límites que denirían el dominio
de lo humano, en cuanto universo cerrado para siempre. La condición se reere a lo que se sitúa más allá de los límites, el límite siendo entendido a la vez como
lo que circunscribe y lo que abre. (Abensour 2006,124)
“L’idée de condition chez Arendt ne se réduit pas à lensemble des limites qui déniraient le domaine humain, en tant qu’univers à tout jamais clos. La condition fait
signe vers ce qui se situe au-delà de ces limites, la limite devant être entendue à la fois comme ce qui circonscrit et qui ouvre.
4. “La politique organise demblée des êtres absolument diérents en considérant leur égalité relative et en faisant abstraction de leur diversité relative”.
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armación de Arendt con la idea de Arturo Roig de
que el a priori anthropológico
5
debe ser armado por
un sujeto plural, y no por un sujeto pensado como un
singular abstracto.
La política se arma entonces, como el espacio de
encuentro entre los individuos, en el que cada uno
puede encontrar un lugar y en el que la individuali-
dad es constitutiva del espacio común plural. De ahí
la denición de Arendt de la política como la puesta
en relación que reposa en un hecho: el de la plurali-
dad humana (Arendt 1995, 39).
La política se constituye como una relación, el es-
pacio común es el resultado de la acción conjunta y
de la relación entre individuos y así la política nace
en el espacio entre los hombres en algo que es funda-
mentalmente exterior al hombre (Arendt 1995,45).
6
Es en esta apertura hacia afuera, en el fundamen-
to de la relación con el otro, que se reconoce la con-
dición de pluralidad. De esta manera nos alejamos
de la concepción aristotélica del zoon politikon que
plantea la dimensión política como inherente al suje-
to. Con Arendt, lo político adviene entre-dos-sujetos,
en el espacio que se construye en común mientras los
hombres actúan en conjunto.
Los miembros de una comunidad no viven pega-
dos los unos a los otros, sino que interactúan entre sí
y de esta manera el espacio político es el resultado del
actuar en conjunto. De ahí el rol fundamental de la
acción. El actuar tiene dos raíces semánticas, en grie-
go por un lado archein que signica comienzo, guía
y eventualmente gobernar ; y, prattein, que signica
atravesar, ir hasta el nal. Y por otro lado, el verbo
latino agere, que signica poner en movimiento, ac-
cionar y gerere que quiere decir llevar.
La acción se debate entonces entre el comenzar,
que puede ser realizado por una sola persona y el ir
hasta el nal que necesita de la participación de to-
dos; y el actuar se caracteriza por el hecho de tomar
una iniciativa, poner en movimiento
7
.
El sujeto político es aquel del actuar en conjunto
y la sociedad política equivale a una comunidad de
agentes, de ciudadanos que co-actúan. La caracterís-
tica particular de estos actos es que tienen la capaci-
dad de revelar quién es el agente
8
(« who ») en opo-
sición a lo que es (« what »). El actuar político revela
a su agente y se constituye lo que la autora llama the
disclosure of the who, que se asemeja a una entrada en
escena (Amiel 1996, 60) una aparición ante los otros.
Sin embargo, no hay que pensar en el quién como
un agente que preexiste a la acción y la determina
desde el exterior de manera independiente: hay que
comprender al quién como aquel que se se revela en
la acción, aquel a quién actuar hace nacer, aquel al
que la acción da nacimiento a partir del momento en
que le permite aparecer ante los otros.
9
Existe enton-
ces simultaneidad entre la acción y la revelación del
quién, el acto no encuentra sentido sino por la pala-
bra en la que el agente se identica como tal, anun-
ciando lo que hace, lo que hizo y lo que quiere hacer.
La revelación del agente es su aparición en lo sen-
sible, y se relaciona con lo estético de la política, que,
como lo indica Rancière, es una forma de la expe-
riencia relacionada con la apariencia. Así el carácter
estético, a diferencia de lo sostenido por Benjamin,
está en el fundamento mismo de la política.
Según Etienne Tassin, especialista de Arendt, se
debería interpretar el advenimiento del quién, ba-
sándonos en los mismos parámetros que la autora
ja para el hecho histórico, armando que no puede
ser explicado por el pasado, pues éste determinaría
una cierta causalidad. Por el contrario, el adveni-
miento del quién, como el del hecho histórico, ilumi-
na el pasado, develándonos el signo de su aparición.
Es porque el que se devela actuando ilumina su pa-
sado y al mismo tiempo se inclina hacia el futuro de
5. Para Roig el a priori antropológico consiste en el ponerse a sí mismo como valioso.
6. “Prend naissance dans l’espace qui est entre les hommes, donc dans quelque chose qui est fondamentalement extérieur à lhomme.
7. La idea de inicio está íntimamente relacionada con su concepto de natalidad en el que nos detendremos más adelante.
8. “La revelación del quién por la palabra, y el posicionamiento de un inicio por la acción, se insertan siempre en una red ya existente donde pueden resonar sus
consecuencias inmediatas (Arendt 2006, 241).
9. “(Lagent est celui) qui est révélé dans l’action et celui qui agir fait naître, celui à qui laction donne naissance dès lors qu’elle le laisse paraître aux yeux des autres
(Tassin 1999, 295).
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manera imprevisible, como una completa apertura
de posibles.
Es en este sentido de temporalidad que podemos
armar que el levantamiento demandó una reinter-
pretación de la historia, que ya no podía ser leída
sólo bajo el prisma de los vencedores, pues los venci-
dos exigieron se los tome en cuenta en el proceso de
actualización del pasado. Así, la acción que cuestiona
la historia tiene en ella la posibilidad de hacer estallar
el tiempo entendido como continuidad: “las clases
revolucionarias, al momento de la acción, tienen con-
ciencia de hacer estallar el continuum de la historia
(Benjamín 2000, 440).
Por ello, Tassin diferencia tres dimensiones de
la acción: ésta es reveladora, instituyente, y comu-
nicadora, revela la singularidad del agente, el quién;
instituye el espacio público de visibilidad en el que se
despliega la vida política; comunica conictualmente
a los individuos entre ellos en la instauración de un
mundo común (Tassin 1999, 261).
10
Al armar que la acción es reveladora, entende-
mos que en ella el agente despliega su individualidad
y su diferencia en relación a los otros, es decir que en
ella se arma la pluralidad.
Además, al ser comunicadora, la acción pone en
relación a los sujetos de la comunidad que se unen
mediante el reconocimiento de su estatuto de ciuda-
danos.
11
A partir de esta aproximación Arendt otorga
una signicación al poder como la acción concertada
entre una comunidad de ciudadanos y arma que en
la acción concertada, en la acción colectiva y mediante
ella se teje la comunidad política
12
(Tassin 2003,13).
El actuar juntos determina que la acción política
deba rechazar necesariamente la dominación. No ha-
bría relación entre la acción política y el ejercicio del
poder o de una potencia que pretendería la domina-
ción. De esta manera, la comunidad política, por su
pluralidad y su actuar en conjunto, tiene como único
sentido la libertad.
13
La razón de ser de la vida política es la libertad,
“la acción es la expresión de una libertad: es el conte-
nido mundano, la realidad fenomenal (de la libertad)”
(Tassin 2003,261).
La libertad es entendida aquí como el poder de
dar inicio, de comenzar, de ahí su relación con el
concepto de natalidad.
2. La acción como natalidad
En nuestro contexto, desde la época colonial el
sujeto indígena fue objeto de negación de su igual-
dad relativa y mediante ella se impidió establecer un
espacio político común. Esta negación se estableció
en relación a dos aspectos fundamentales, que, desde
la Grecia antigua, son los que denen el espacio polí-
tico: la acción y la palabra.
14
El actuar político se soporta en una red
15
de rela-
ciones humanas que nacen de la acción y se despliega
en un espacio público de palabras y de acciones colec-
tivas metacomunitarias
16
(Tassin 2003, 14-15); sien-
10. “Elle (laction)est révélante, elle est instituante, elle est liante ; elle révèle la singularité de l’agent, le qui; elle institue lespace public de visibilité où se déploie la vie
politique ; elle lie conictuellement les individus entre eux dans l’instauration d’un monde commun.
11. En el capítulo IX del Libro 3
ero
de La Política de Aristóteles, ya identicamos la relación entre la acción y el ciudadano, ya que este último se dene como aquel
que actúa de una cierta manera. Así es en vista de buenas acciones que la existe la comunidad política, más allá del hecho mismo de vivir juntos. Vemos la
relación con Arendt cuando arma que el actuar juntos es irreductible al estar juntos, y así el ciudadano, siguiendo a Tassin, es más un co-autor de la comu-
nidad en acto que un miembro de la comunidad. .
12. “Dans laction concertée, dans l’action collective et par elle se tisse la communauté politique.
13. Se trata de la herencia ateniense según la cual la libertad es la nalidad de la política, entendiendo a la polis como el espacio que protege la acción y la palabra
libre de los ciudadanos. “La polis propiamente dicha no es la ciudad en su localización física ; sino la organización del pueblo que surge del hecho de actuar en con-
junto y de la palabra, y su verdadero espacio se extiende entre los hombres que viven juntos con ese objetivo, en donde sea que se encuentren(Arendt 2006,258).
“La polis proprement dite nest pas la cité en sa localisation physique ; cest lorganisation du peuple qui vient de ce que l’on agit et parle ensemble, et son espace
véritable sétend entre les hommes qui vivent ensemble dans ce but, en quelque lieu qu’ils se trouvent”.
14. Abensour nos advierte sobre el error de las interpretaciones del pensamiento de Arendt que buscan identicar a la acción y la palabra:pues la una y la otra
tienen calidades distintas: a la palabra le corresponde revelar la unicidad del agente, inversamente la acción tiene mayor anidad con la facultad de comenzar”
(Abensour 2006,143).
“Or l’une et l’autre ont des qualités diérentes : à la parole revient de mieux révéler l’unicité de lagent, inversement l’action a plus d’anité avec la faculté de com-
mencer”.
15. La característica principal de esta red es su intangibilidad. El entre-los-hombres que actúan y hablan no puede ser medible, y no puede ser reducido al des-
pliegue de los resultados producidos.
16. “Est supporté par le réseau des relations humaines né de laction et déployé en un espace public de paroles et dactions collectives méta communautaires.
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do ambas actualizaciones de la condición humana,
la primera de la natalidad
17
y la segunda de la plura-
lidad.
Su relación es necesaria, pues “la acción muda
no sería acción pues no habría agente, y el agente, el
hacedor de actos, no es posible sino siendo al mismo
tiempo decidor de palabras
18
(Arendt 2006, 235). Al
producir lo nuevo en el mundo, la acción es la ac-
tualización de la natalidad y por ello es imprevisible.
Es la puerta de apertura hacia la multiplicidad de lo
posible. Sobre esto, Abensour arma que “la condi-
ción de natalidad, es la manifestación de la naturaleza
originaria del hombre, evitando volver el origen hacia
el pasado para reducirlo a él, sino más bien dándole la
tarea de iluminar el advenimiento inaugural, la aper-
tura de una innitud de posibles susceptibles de hacer
surgir lo nuevo en el mundo
19
(Abensour 2006,124).
Cada nacimiento -de un individuo- es un nuevo
inicio, una apertura hacia posibles que no pueden ser
denidos con anticipación, que son imprevisibles.
Browen-Moore, citado por Abensour, sostiene que
“la capacidad de comenzar que el nacimiento de un
niño introduce en el mundo pertenece a la estructura
esencial del hombre de tal manera que su determina-
ción dene la potencialidad del hombre para el ini-
ciar”
20
(Abensour 2006,125). En este sentido Miguel
Abensour nos invita a reconocer la originalidad del
concepto de natalidad en Arendt al ser movilizado
como la condición de posibilidad de la acción políti-
ca
21
(Abensour 2006,129).
Así pues, la natalidad al estar inscrita en el mun-
do, en el espacio entre los hombres, es inmediata-
mente política. La llegada al mundo es en sí misma
una puesta en relación con los otros y este comenzar
se da en tanto acción de introducción de lo nuevo
22
(Abensour 2006,135).
La vida de los individuos se diferencia de aque-
lla de los animales y de los otros seres vivos por su
pertenencia al mundo. No se trata de entender el
nacimiento y la muerte solamente como fenómenos
naturales sino de comprender su apego al mundo. El
individuo nace y muere en un mundo que por su du-
ración lo preexiste y lo prosigue.
Por lo tanto, es porque el nacimiento y la muerte
del hombre se inscriben dentro del mundo y su du-
ración que podemos distinguirnos de las existencias
cíclicas del resto de especies y de esta manera postu-
lar la diferencia entre z y bios.
23
Podemos aprovechar para extender esta reexión
de la vida del hombre entendida como bios, en su
relación con la acción; ya que, si entendemos a ésta
como praxis, podemos seguir a Aristóteles en el pen-
samiento de Arendt y armar que en la praxis, el
agente es aquel que actúa y que ha actuado. Por esta
razón, “la praxis despliega una temporalidad que co-
rresponde por excelencia a la existencia, temporalidad
propia del bios en tanto bios politikos. Por lo que (…)
existir no es producir sino actuar”
24
(Tassin 1999, 293)
17. Según Abensour, Arendt opera una revolución copernicana que en vez de hacer girar a los hombres alrededor de la muerte, los hace gravitar alrededor del
carácter divino del nacimiento, de tal manera que la ley de la mortalidad, de la que no se podría negar la realidad, quede subordinada a la ley de la natalidad
(Abensour 2006,124).
au lieu de faire tourner les hommes autour de la mort, les fait désormais graviter désormais autour du « caractère divin » de la naissance, de telle façon que la loi
de la mortalité dont elle ne saurait nier la réalité soit désormais subordonnée à la loi de la natalité.
18. “Laction muette ne serait plus action parce qu’il n’y aurait pas d’acteur, et lacteur, le faiseur d’actes, nest possible que s’il est en même temps diseur de paroles”
19. “La condition de natalité, est-elle la manifestation de la nature originaire de l’homme, en se gardant bien de tourner lorigine vers le passé pour l’y réduire, mais en
lui donnant pour tâche de mettre en lumière l’avènement inaugural, louverture d’une innité de possibles susceptibles de faire surgir du nouveau dans le monde
20. “La capacité de commencer que la naissance d’un enfant introduit dans le monde appartient à la structure essentielle de l’homme de telle façon que sa détermina-
tion dénit la potentialité de lhomme pour le commencemen Bowen-Moore.1989. Hannah Arendt’s philosophy of natality. Estados Unidos: St Martins Press.
21. “Ni plus ni moins la condition de possibilité […], de laction politique”.
22. Aparecemos entre los hombres en tanto recién llegados, y esta aparición misma, este surgir de la novedad, nos designa y posiciona como seres susceptibles
de comenzar, de introducir lo nuevo en el mundo. El nacimiento, evento en sí mismo, implica eventos futuros. (Abensour 2006,135).
“Nous apparaissons parmi les autres hommes en tant que nouveaux venus, et cette apparition même, ce surgissement de la nouveauté, nous désignent et nous
posent en êtres susceptibles de commencer, d’introduire du nouveau dans le monde. La naissance, elle-même événement, est grosse dévénements futurs.
23. Así colocada en el mundo, la vida cesa de obedecer a un movimeinto cílico natural y se vuelve vida especícamente humana, bios en vez de zoé, vida marcada de
eventos múltiples de la cual podemos hacer el relato y cuya narración produce una biografía, una identidad biográca ” (Abensour 2006,128).
Ainsi arrimée au monde, la vie cesse dobéir à un mouvement cyclique naturel et devient vie spéciquement humaine, bios au lieu de zoé, vie marquée dévéne-
ments multiples dont on peut faire le récit et dont la narration produit une biographie, une identité biographique”.
24. “La praxis déploie une temporalité qui convient par excellence à lexistence, temporalité propre du bios en tant que bios politikos. C’est pourquoi (…) exister nest
jamais produire mais agir”.
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Al igual que Aristóteles, Arendt ubica a la acción
del lado de la praxis que se diferencia de la poiésis en
tres dimensiones: primero desde el punto de vista de
la instrumentalización, la poiésis, la obra, tiene como
objetivo la creación de una obra que le sea externa
mientras que la praxis no es nunca un medio hacia
un n, sino su propia nalidad. De ahí que el objeto
de la obra sea de otra naturaleza que el agente que la
produjo, mientras que la praxis no puede ser exterior
a su agente.
Por otro lado, desde el punto de vista de la tem-
poralidad, la poiésis implica una ruptura entre el mo-
mento de la producción y el momento de nalización
de la obra, lo que contradice la temporalidad propia
de la acción entendida como praxis, que se caracteri-
za por la continuidad. La acción política se estira de
manera indenida, no hay un objeto que interrumpa
la acción. Entonces, “la política persigue una nali-
dad innita y la comunidad a la que induce por deni-
ción nunca está realizada de manera nita
25
(Tassin
1999, 303)
La acción política está marcada por el movi-
miento que a su vez se relaciona con la noción de
reparto, de participación en la acción de constitución
del mundo común. Este reparto lejos de ser perfec-
to implica un fallo a partir del cual podemos leer la
persistencia de las desigualdades y de los sistemas de
opresión en nuestras sociedades.
3. El litigio y el daño político
En el mundo en el que se despliegan la acción y
la palabra existe un reparto, en la que un grupo no
tiene lugar
26
y es excluido de la construcción de lo
político. La repartición del mundo lleva en sí una di-
mensión de desigualdad que implica la existencia del
conicto.
27
La dimensión conictiva de lo político da
paso a la exclusión. En nuestro contexto latinoame-
ricano, ha sido el sujeto indígena el objeto principal
de esta exclusión
28
y se estableció como víctima de la
fragilidad de la dimensión conictiva, propia de toda
comunidad política.
La exclusión del sujeto indígena puede ser com-
prendida a partir del pensamiento de Quijano; pues-
to que, desde la nueva tecnología de la dominación/
explotación y de raza/trabajo inaugurada en la época
colonial nos ha situado en el ámbito del polemos pla-
tónico.
En efecto, Platón, en el libro V de la República,
arma que la conictividad política no es del orden
de la guerra (polemos), sino de la discordia; es decir,
que no se trata de una enemistad entre extranjeros,
de distinta raza y sangre, sino de una enemistad en-
tre parientes cuyo origen es la misma comunidad.
29
La negatividad del sujeto indígena fue establecida en
base a la idea de raza, y de esta manera los sujetos
indígenas en América latina han sido objeto de una
negación incluso al interior de la exclusión, pues si
seguimos la reexión de Tassin, en la exclusión se
cuenta a los que están adentro y afuera pero no se
toma en consideración a aquellos que no están en
ningún lado.
Para Rancière, estas cuentas son asimiladas a un
desengaño y son constitutivas de la política que es
obra de clases que no son clases, que inscriben en el
nombre particular de una parte excepcional o de un
todo de la comunidad (los pobres, el proletariado, el
pueblo) el fallo que separa y reúne dos lógicas hetero-
géneas de la comunidad
30
(Rancière 1995, 29).
Decir que la cuenta fallida es constitutiva de toda
política, nos permite armar que no es la consecuen-
cia de una dramaturgia de la victimización, y por lo
25. “La politique poursuit une n innie et la communauté quelle induit nest par dénition jamais réalisée en une forme nie.
26. El término de reparto nos permite referirnos al sentido griego antiguo de diké, en la que la justicia es entendida como la justa parte, como la repartición justa,
es decir relacionada con la noción de medida. Así, el reparto es un gesto libre operado por el sujeto hacia el Otro y desde ahí constituye una acción política
que debería tender hacia la construcción de la ciudad buena, guiada por la virtud máxima de la justicia.
27. En su comprensión de lo político Arendt no tuvo en cuenta la dimensión conictiva de lo político, una vez que este adviene, de ahí que a partir de este punto
nos interesemos en el pensamiento de Rancière.
28. Del latín claudere=cerrar y exclaudere= sacar, hacer salir de lo que está encerrado La exclusión es en primer lugar una expulsión fuer a de un espacio cerrado.
Para Tassin la exclusión tiene tres sentidos, primero el de la expulsión (ser enviado al exterior), el de la prohibición (no ser aceptado en el interior) y por
último el de marginalización (no ser tomado en cuenta, estar en la periferia.
29. En América Latina podemos decir que la dimensión conictual de la que ha sido víctima el sujeto indígena, o los sujetos indígenas, se aparenta también al
polemos por la consideración de extranjería, de ser totalmente otros.
30. “Est lœuvre de classes qui ne sont pas des classes, qui inscrivent sous le nom particulier dune partie exceptionnelle ou dun tout de la communauté (les pauvres, le
prolétariat, le peuple) le tort qui sépare et réunit deux logiques hétérogènes de la communauté”.
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tanto plantearlo como el modo de subjetivación en el
que la vericación de igualdad tomo gura poítica
31
(Rancière 1995, 63). Así pues, es la existencia de los
sujetos de este fallo político los que permiten la ma-
nifestación del mismo.
Según Rancière, el orden policial resiste a la veri-
cación de la igualdad que es innita y así la persis-
tencia del fallo político es también innita.
Sin embargo, este fallo que aparece como inhe-
rente a la vida política no es intratable el fallo político
no se arregla por la objetivación del litigio y el compro-
miso entre las partes. Sino que se trata por dispositivos
de subjetivación que lo hacen consistir como relación
modicable entre las partes, como modicación mis-
ma del terreno en el que el juego se lleva a cabo.
32
En una comunidad marcada por el conicto y la
exclusión de un grupo de sus integrantes, la política
pierde sentido; ya que, “la política no cobra sentido
sino en el tomar en cuenta a los que son oprimidos,
ofendidos, humillados, reducidos a la miseria (Lecerf
2009,125).
33
Este pensamiento nos reere a la convic-
ción de Simone Weil, ver en la política la expresión
por excelencia del deseo de justicia por parte de la
comunidad.
En Platón y Aristóteles la justicia se establece en
la repartición de las formas de control y de ejercicio
del poder, por lo que se relaciona de manera direc-
ta con la política. Sin embargo, Rancière arma que
la justicia no depende únicamente del desequilibrio
que pueda existir entre los intereses y los individuos.
Como tampoco la forma de repartir los daños, sino
de la elección de la medida según la cual cada parte
recibe la que le pertenece.
En otras palabras, la justicia aparece como una
elección, a través de la que el hombre puede reapro-
piarse de lo político.
Así, el rol de la justicia política consiste en deter-
minar cuál es la medida del reparto de lo común.
De esta manera, el principio de la política para
Rancière es la igualdad, a la que calica de una “pre-
suposición que debe ser discernida en las prácticas que
la ponen en obra (Rancière 1995, 63).
34
Es en la polí-
tica donde el principio de igualdad se actualiza, aun-
que no le sea propio “la política no tiene cuestiones
u objetos que le sean propios. Su único principio, la
igualdad, no le es propio y no tiene nada de político en
sí mismo. Todo lo que ella hace es darle una actualidad
en forma de casos, de inscribir bajo la forma del litigio,
la vericación de la igualdad en el seno del orden po-
licial (Rancière 1995, 55).
35
En este punto podemos
acercar la idea que tiene Rancière sobre la igualdad a
la desarrollada por Arendt, como perteneciente a la
condición de pluralidad.
Para Rancière es necesario distinguir la política
de la policía o del orden policial, dos términos que
tienden a ser confundidos. El orden policial es “el or-
den de los cuerpos que dene el reparto entre los mo-
dos de hacer, los modos de ser y los modos de decir, que
hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a
un ligar tal y a una tarea tal; es un orden de lo visible
y de lo decible que hace que tal actividad sea visible y
que otra no lo sea, que tal palabra sea entendida como
discurso y que tal otra lo sea como ruido (Rancière
1995, 52).
36
Bajo el concepto de policía Rancière sitúa el con-
junto de procesos por los cuales se operan la suma y
el consentimiento de colectividades, la organización
de los poderes, la distribución de los puestos y de las
funciones, y los sistemas de legitimación de dicha
distribución.
Así, lo que determina el reparto entre aquellos
que tienen un puesto, un lugar y aquellos que no lo
tienen es el orden policial, orden que en cierto sen-
31. “Le mode de subjectivation dans lequel la vérication de légalité prend gure politique.
32. “Le tort politique ne se règle pas par objectivation du litige et compromis entre les parties. Mais il se traite par des dispositifs de subjectivation qui le font consister
comme rapport modiable entre des parties, comme modication même du terrain sur lequel le jeu se tient”.
33. “La politique na de sens que dans la prise en compte de ceux qui sont brimés, oensés, humiliés, réduits à la misère”.
34. “Une présupposition qui doit être discernée dans les pratiques qui la mettent en œuvre”.
35. “La politique na pas dobjets ou de questions qui lui soient propres. Son seul principe, légalité, ne lui est pas propre et na rien de politique en lui-même. Tout ce
quelle fait est de lui donner une actualité sous forme de cas, d’inscrire, sous la forme du litige, la vérication de légalité au cœur de lordre policier”.
36. ( L’) ordre des corps qui dénit les partages entre les modes de faire, les modes dêtre et les modes de dire, qui fait que tels corps sont assignés par leur nom à telle
place et à telle tâche ; cest un ordre du visible et du dicible qui fait que telle activité est visible et que telle autre ne l’est pas, que telle parole est entendue comme un
discours et telle autre comme un bruit”.
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tido organiza la desigualdad. Por lo tanto, hay que
distinguirlo de la política cuyo principio sería la
igualdad.
A diferencia del orden policial que está constitui-
do con anterioridad, la política no tiene una consti-
tución establecida, así para que una cosa sea política
ésta debe dar lugar al encuentro de la lógica policial y
de la lógica igualitaria, que no está nunca constituida
previamente
37
(Rancière 1995, 55-56). Lo político
no está constituido de manera inmóvil y permanen-
te, y es justamente en la voluntad inmovilizadora que
surge el riesgo de su estetización.
4. El riesgo de la estetización
Cuando hablamos de estetización de la política
debemos hacerlo teniendo en cuenta la precisión que
indica Rancière de que siendo la estética lo que con-
cierne a lo sensible, al decir que la política es lo que
atañe a la repartición del mundo sensible, ésta es es-
tética desde su fundamento.
En un inicio establecimos que el levantamiento
indígena de los años 90 fue para el Ecuador un mo-
mento de encuentro que constituyó sobretodo un
momento de transformación de la apariencia de lo
sensible, que no pudo continuar repartiéndose de la
misma manera. Un nuevo agente aparece y modica
la conguración del mundo común tal como ha sido
determinado. Lo político es entonces este espacio de
confrontación por lo sensible por su conformación.
El sujeto dominante blanco-mestizo se vio en-
frentado a la trasformación de la conformación de
su mundo sensible, esta novedad se acompañó de la
necesidad de reconocer que la norma que rige la re-
lación entre sujetos podía y debía modicarse para
poder estar en acuerdo con la nueva repartición de
lo sensible.
Es decir que lo que Rancière llama policía, en-
tendida como el sistema que determina la forma de
repartición se vio amenazada por la acción política,
que evidenció en ella su carácter no natural y por lo
tanto modicable.
En nuestro contexto, acto seguido de la devela-
ción del sujeto indígena, se realizó una reconstitu-
ción policial en la que se abrió el espacio común a
la palabra de este nuevo sujeto
38
desde el reconoci-
miento de la diferencia.
Podemos aventurarnos a decir que es, en el con-
cepto de la diferencia, que surge un riesgo de la esteti-
zación política. Pues, el ejercicio del reconocimiento
que deriva en la exaltación de la diferencia, en nom-
bre del respeto hacia el otro y la no homogeneiza-
ción, cae en la trampa de mantener la distancia de un
sujeto dominante que percibe la realidad del sujeto
que le aparece y al que contempla, pero siempre des-
de la perspectiva objetivante de la mirada, entendida
desde la fenomenología como aquello que se da por
la experiencia de la diferencia y la intencionalidad.
La visibilización de la diferencia se constituyó en
la puerta de entrada al marco de lo sensible, en la
aparición. Sin embargo, articuló un discurso riesgoso
pues, por un lado, recordando lo que nos dice Niet-
zsche, el mismo sujeto indígena se vio enfrentado a
la orgullosa contemplación de su diferencia y desde
ahí se dicultó articular su acción para construir un
espacio común que englobe al agente dominante. Por
otro lado, el sujeto blanco-mestizo plasmó el apare-
cer de este sujeto diferente en términos de expresión
pero no necesariamente de acción, en este sentido
podemos mencionar lo que arma Benjamin, en
relación al fascismo, como el momento en que una
característica de la estetización política fue la posibi-
lidad de expresión de las masas pero sin hacer valer
sus derechos (Benjamin 1990, 55).
Cuando la diferencia inmoviliza al sujeto desde
la contemplación y la distracción de la apariencia, la
acción es negada y la política no tiene espacio para
establecerse, poniendo en riesgo el proceso mismo
de la subjetivación que requiere de la acción para
construirse y consolidarse.
37. “Il faut quelle donne lieu à la rencontre de la logique policière et de la logique égalitaire, laquelle nest jamais préconstituée”.
38. En el caso del Ecuador esta apertura se evidenció en la adecuación del espacio jurídico a la nueva condición plural, como lo muestra la Constitución de la
República.
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El riego de la estetización política se establece
en el momento en que aparece como una exigencia
el aceptar la existencia de una pluralidad capaz de
no poner en riesgo la unidad, capaz de mantener la
organicidad de una comunidad, lo que sugiere nue-
vamente un giro hacia la universalización y nos re-
cuerda al reconocimiento kantiano del dominio del
arte como objeto de un juicio estético portador de un
universalización virtual (Rancière 1994,84).
Las discusiones sobre pluralismo jurídico en
nuestro país, revelan la distancia que se establece en-
tre los sujetos con la aproximación estética de la di-
ferencia del otro indígena. La molestia que genera la
aplicación de una norma capaz de traducir la acción
política indígena, evidencia la ruptura del espacio
común que estaría listo a contemplar la aparición de
una normativa diferente pero no por ello su aplica-
ción. Así, el reconocimiento de la diferencia niega la
acción y moviliza la apariencia del otro únicamente
como justicativo legitimador de la acción del sujeto
dominante.
De esta manera, apropiarse de algunos conceptos
intercambiados en el acto del aparecer de la diferen-
cia y movilizarlos como propios del sujeto dominan-
te
39
, no es suciente para armar el desarme de la
institución policial responsable de la opresión.
En los momentos en que la irrupción del otro
pone en riesgo la estabilidad de la comunidad univer-
salizada, hemos asistido nuevamente a la negación de
su existencia política. En la medida en que hayamos
constituido nuestro espacio común, la pluralidad es
reconocida siempre y cuando no se convierta en una
amenaza y la observación de la diferencia se estetiza,
en el sentido en que movilizamos en ella nuevamente
la búsqueda de universalidad.
El riesgo de la estetización de la diferencia apa-
rece como un nuevo movimiento de encierro, el otro
diferente fue útil en la construcción del nuevo mundo
político que se hizo más estético, mostrándose más
orgánico; pero una vez que lo sensible se reconguró,
la organización policial ha buscado conservar la ten-
dencia unívoca que implica un nuevo fallo en el que
los sujetos vuelven a volcarse sobre sí mismos.
39. El ejemplo más claro es la apropiación del concepto de sumak kawsay.
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