Facultad de Derecho
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CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 3 (Julio, 2015): 92-97
Muchos dicen que en Alemania es diferente, que
en otros países en los que la cultura constitucional
es digamos más sólida, es diferente, pero diría que
tampoco. En todos los países la política intenta
siempre rebasar los límites establecidos por el
Derecho y el Derecho Constitucional básicamente
justica su existencia por ser el intento no acabado
de limitar al poder.
Actualmente, por ejemplo, se discute cuál es el
alcance del artículo 1 de nuestra Constitución, en el
que ya no consta que el gobierno es alternativo.
Sin embargo, si revisamos cuál era el espíritu de la
Constituyente de 2008, podemos recordar que sí
existió la intención de que se consagrara la mayor
circulación de las élites políticas para superar lo que
se denomina la ‘partidocracia’.
Es decir, aquellos que hicieron la Constitución por
mandato del Pueblo, sí tenían la intención clara de
poner límites a que las clases políticas fueran las
mismas, y por ello creyeron que un mecanismo
ecaz era limitar la reelección a una sola vez, y lo
incluyeron de manera expresa.
Si realizamos una lectura sistemática de la
Constitución se verá que esta limitación a la reelección
no solamente se dio para autoridades de elección
popular, sino también para otros organismos como la
Corte Constitucional, la Corte Nacional de Justicia, el
Tribunal Contencioso Electoral, el Consejo Nacional
Electoral; es decir, había una voluntad transversal a
lo largo de la Constitución de no permitir que las
clases políticas, las élites políticas permanecieran
excesivamente en el poder. Esto con la intención de
democratizar la participación popular en el poder
público.
Creo que este argumento es mucho más poderoso que
la utilización o no de la sola palabra ‘alternabilidad’.
Deberíamos reexionar si esa decisión del
constituyente es uno de los elementos de la estructura
fundamental de la Constitución.
Si como se decía “el poder siempre tiende a ampliarse”,
la única manera de más o menos mantenerlo
controlado es estableciendo ciertos límites, y uno de
ellos es el temporal. Es parte de la democracia que las
elecciones sea periódicas y competitivas.
Esto se verica claramente en un sistema presidencial
en el cual la gura del presidente concentra mucho
poder, recursos institucionales, recursos personales
y materiales, y es aún más visible cuando controla
la Asamblea Nacional. Lo peligroso es que además
intervenga en los organismos de control, porque
es allí donde puede desequilibrarse el sistema
presidencial de manera más dramática.
Y por ello, debemos volver a una de las ideas
que mencionaba anteriormente sobre algunos
constitucionalistas clásicos que maniestan que
cuando la parte orgánica no tiene un equilibrio
adecuado puede ser un peligro para los derechos
de los ciudadanos. Si el sistema presidencial no
tiene ciertos contrapesos, si no tiene ciertos frenos,
eso puede desequilibrar completamente el sistema
constitucional; y creo que deberíamos retomar
otra idea de Montesquieu quien veía esa división
de poderes como forma de control del poder. Los
ciudadanos solamente en situaciones extraordinarias
constituyen un contrapeso al poder. En tiempo de
normalidad lo que limita a los poderes es el respecto
de las competencias de las diversas funciones del
Estado. Solamente el poder controla al poder.
Se debe establecer y respetar una relación de
equilibrio entre los diversos poderes, una división de
competencias racional, orgánica y, además, que tenga
un seguro, que debería ser la Corte Constitucional.
Así, el sistema presidencial podría funcionar de mejor
manera; sin embargo, si esos seguros no existen,
si los diferentes órganos de control no funcionan,
podría producirse que el sistema pierda el contenido
democrático y que algunos derechos se encuentren
en peligro.
Normalmente un político tiende a perpetuarse en el
poder si tiene las condiciones para hacerlo y si tiene la
posibilidad de acceder a los mecanismos de reforma
constitucional y, si además tiene la posibilidad de
inuir sobre los mecanismos de control de la reforma,
lo más seguro es que lo haga.