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sería el sector que más crece, y que por lo tanto, se en-
contraría a cargo de la producción.
Para responder la pregunta planteada, Weber toma
como base lo que expone el Manifiesto del Partido Co-
munista sobre el sindicato y el partido político.
En segundo lugar se ubica la tesis sobre el reforza-
miento de la conciencia y unidad de la clase obrera
por la implementación de nuevas máquinas y el con-
siguiente descontento creciente de los obreros. Frente
a esto, Weber expone que, como consecuencia de la
implementación de nuevas maquinarias, no existe se-
guridad de que los obreros adquieran una conciencia
de clase, ni que exista la potencialidad de unificación
de los mismos en contra de las nuevas condiciones
enfrentadas. La consecuencia de tal implementación
sería un creciente odio individual por parte de cada
obrero hacia la figura de autoridad más cercana que
encuentre durante la realización de sus labores; es de-
cir, no un odio hacia los capitalistas por parte de los
obreros, sino uno por parte de cada obrero hacia su
capataz.
Por un lado, acerca del partido político, Weber ex-
plica que incluso en opinión de algunos círculos so-
cialdemócratas, su partido ha sido víctima de esta
burocratización (Weber, 2007a, p. 131). Así, en Los
tipos de dominación, habla constantemente de la pre-
sencia de la burocracia en los partidos políticos y del
hecho de que los funcionarios de los partidos y de
los sindicatos necesiten conocimiento especializado,
aunque sea conseguido por la experiencia (Weber,
2007b, p. 75).
No se podría decir que va a existir apropiación por
parte de los burócratas de los medios de producción,
algo que se supone para el socialismo, iba destinado al
proletariado. Esto, ya que entre las características del
burócrata, se encuentra la de la separación que existe
entre éste y los medios administrativos. No hay por lo
tanto, apropiación por estos funcionarios, según We-
ber, ni del cargo, ni de los medios administrativos, por
ende, no habría apropiación de lo administrado.
En tercer lugar, otra razón para dar cuenta de ese paso
hacia la economía socialista estaría en “el argumento
de la creciente estandarización, es decir, de la homo-
genización de la producción” (Weber, 1991, p. 335), es
decir, de los métodos más similares entre negocios, y
así una menor difusión, con lo cual los negocios que-
darían más esquematizados. A ello, Weber responde
con que lo que aumenta con la homogenización, sería
de nuevo la homogenización del funcionariado, es de-
cir, la existencia de una clase en cuyo cargo quedaría la
dirección de la producción.
Por otro lado tenemos la opción del manejo de los
medios de producción dada por los sindicatos. Pero
Weber explica claramente la imposibilidad de que
ellos asuman este papel en la economía. Vale citar
completamente lo que señala sobre los sindicatos:
¿
De dónde esperan los sindicalistas poder re-
Ahora bien, Weber pone una explicación que valdría
citar completamente, tomando en cuenta que habla de
nuevo sobre la evolución en la economía sobre la que
argumentan los socialistas:
clutar los elementos que deben hacerse cargo
de la dirección de la producción? Pues, lógi-
camente, sería un grave error creer que un
sindicalista, por muy adiestrado que esté, por
muchos años que haya estado trabajando y
por muy bien que conozca las condiciones de
trabajo, sólo por eso domina ya el sistema de
producción como tal, siendo así que la produc-
ción industrial moderna se basa en el cálculo
de costes, en la mercadotecnia, en el conoci-
miento de la situación de la demanda, en la for-
mación profesional técnica –cosas todas ellas
que requieren una experiencia cada vez más
especializada y que los sindicalistas, los verda-
deros obreros, no tienen, sencillamente, posi-
bilidad ninguna de aprender-. De manera que,
lo quieran o no, tampoco ellos pueden prescin-
dir, por su parte, de no-obreros, los ideólogos
Vamos a suponer que la economía, por el ca-
mino de una progresiva evolución, esto es, de
la cartelización, estandarización y dirección
a cargo de funcionarios, se viera configurada
de tal forma que, en un momento dado, fuera
técnicamente posible implantar una reglamen-
tación que eliminara por completo al empresa-
rio y viniera a ocupar el puesto de la economía
empresarial privada de hoy, es decir, de la pro-
piedad privada de los medios de producción.
¿
Quién tendría que ser entonces el que se hi-
ciera cargo de esta nueva economía y tomara su
mando? (Weber, 1991, pp. 337-338)
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 6 (Diciembre, 2016): 98-106
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