Facultad de Derecho  
RESUMEN DE LA VISIÓN ONTOLÓGICA QUE SE HALLA A LA BASE DE LA ÉTICA DE  
BENITO SPINOZA  
SUMMARY ON THE ONTOLOGICAL VISION UNDER THE ETHICAL BASIS PROPOSED  
BY BENITO SPINOZA  
RESUMO DA VISÃO ONTOLÓGICA QUE SE BASEIA NA BASE DA ÉTICA DE  
BENITO SPINOZA  
Emilio Cerezo*  
Recibido: 15/10/2017  
Aprobado: 20/02/2018  
Resumen  
Hay dos planos de consideración de la realidad. El 1.° es el  
de Dios –el del universo considerado como un todo–, que es  
absoluto, en el cual no existe el mal ni la negatividad, y todo  
by an ideal model of human nature, that changes with time.  
e author also propposes the levels of knowledge and life  
that allow to develop one´s own potential: a determinist one  
(passion) and a more libertal one (action and the union with  
God).  
modo del ser” tiene el derecho a desarrollar al máximo su  
propia potencia; por ej., un tigre hace bien en comerse a una  
persona. El 2.° es relativo al interés de ese modo del ser que  
es el humano. En este plano se define qué es bueno o malo  
según el modelo ideal de naturaleza humana más racional y  
factible que se perfila en cada época; y el autor propone tres  
géneros de conocimiento y vida que permiten desarrollar la  
potencia propia, de los humanos tanto individuales como  
colectivos: de forma más determinista (la pasión) y de forma  
más libre (la acción y la unión con Dios).  
Key words: God; Human Mode; Potentiality; Reason;  
Imagination  
Resumo  
Existen dos planos sobre a consideração da realidade. O  
.° é o de Deus –o do universo considerado como um todo–,  
1
que é absoluto, no qual não existe o mal nem a negatividade, e  
toda “forma de ser” tem o direito de desenvolver ao máximo  
sua própria potência ; por ex., um tigre faz bem em comer  
uma pessoa. O 2.° é relativo ao interesse desse modo de ser  
que é humano. Neste plano se define o que é bom ou mau  
segundo o modelo ideal da natureza humana mais racional  
e factível que se impõe em cada época; e o autor propõe três  
gêneros de conhecimento e vida que permitem desenvolver a  
potência própria, dos humanos tanto nos âmbitos individuais  
como coletivos: da forma mais determinada (a paixão) e de  
forma mais livre (a ação e a união com Deus).  
Palabras clave: Dios; Modo-humano; Potencia; Razón;  
Imaginación  
Summary  
For dutch philosopher Baruch Spinoza, there are two  
levels under which reality is appreciated: the first one is the  
one of God and the universe as a whole. Since the universe is  
absolute, the concepts of “good” and “evil” are non-existent.  
Every being is entitled to develop its potential to the fullest  
extent (for example, a tiger does well in eating a person). e  
second level is conditioned to the way that human beings  
are. Under this perspective, what is good or bad is defined  
Palavras chave: Deus; Forma-humana; Potência; Razão;  
Imaginação  
*
Licenciado y Magister en filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Profesor a tiempo completo de la Universidad de las Américas, de  
lógica, deontología jurídica y filosofía del derecho. Especialista de la filosofía ética de Espinoza.  
78  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
Facultad de Derecho  
INTRODUCCIÓN  
Baruch Spinoza nació en 1632, en una familia de Interrelacionó a fondo tres mundos teóricos comple-  
1
judíos marranos que migraron a los Países Bajos des- jos: la sabiduría hebrea, la filosofía greco-escolástica y  
de Portugal, aunque sus abuelos provenían de la actual el espíritu de la ciencia moderna. De Descartes y de  
Cantabria, en la costa norte de España. Su lenguaje Hobbes heredó numerosas ideas, aunque criticó mu-  
materno era un español influenciado por el portugués. chas otras. Influyó algo en Hegel, pero sobre todo en  
Como era un niño excepcionalmente talentoso, sus Nietzsche, Marx, Freud y Jacques Lacan. En cuanto  
padres le llevaron a la sinagoga de Ámsterdam, donde, a la ciencia actual, la psicología de los afectos está en  
por años, le dieron la mejor educación posible, destina- deuda con él, así como la neurofisiología del cerebro,  
da a los futuros rabinos: hebreo, Antiguo Testamento, tal como lo proclama Antonio Damasio, profesor por-  
Talmud, exégesis bíblica. Por su inquietud intelectual, tugués de la Univ. del Sur de California, en su obra En  
tomó contacto con el ex jesuita Francis van del Enden, busca de Spinoza: Neurobiología de la emoción y de los  
quien le enseñó latín, francés, la crítica cartesiana a la sentimientos (2005).  
filosofía escolástica y bases de ciencia moderna. Así  
se unió al principal grupo de pensadores críticos de La obra central del autor, Ética demostrada según el  
Holanda, los colegiantes. Sobre esta base teórica, tras orden geométrico, tiene dos planos. El 1.° presenta las  
la muerte de su padre se presentó en la sinagoga y di- ideas según una metodología deductiva euclidiana:  
sertó en público sobre su idea de que el alma muere definiciones, axiomas; así como proposiciones, con sus  
con el cuerpo y de que no existe un dios personal con demostraciones y corolarios. El 2.° se refiere a la vida  
quien se pueda dialogar, a quien uno pueda pedir algo humana: expresa un saber anclado en los aspectos más  
o maldecir. Casi de inmediato le excomulgaron de la complicados de nuestra humana, los afectos y deseos;  
comunidad judía.  
y se presenta, ante todo, en esas notas al margen que  
son los escolios. Esta obra es un tratado que incluye  
Vivía de pulir lentes finos. Mantuvo correspondencia una ontología panteísta y una antropología filosófica,  
fluida con importantes pensadores y científicos de la como bases ineludibles de una ética que presenta, con  
época. Y, al final de cada carta, ponía caute, término toda su fuerza, la lucha agónica que se libra en el es-  
latino con el que avisaba: “cuide que solo gente de su píritu humano, cuyos protagonistas son la razón, en-  
confianza lea este texto”. Por la única obra filosófica que frentada a esa rica herencia animal que son los afectos.  
firmó con un pseudónimo, el Tratado teológico-políti-  
co, recibió críticas tan amenazadoras, que decidió no Entre las visiones de su obra escojo una que distingue  
publicar nada más. Así que su Ética, su libro inacaba- dos planos: la perspectiva absoluta o divina, la de la  
do Tratado político y las demás obras filosóficas fueron Naturaleza vista como un todo articulado que posee  
publicadas post morten por sus amigos, y enseguida prioridad ontológica; y la relativa, la que más interesa  
fueron puestas en el índice de libros prohibidos por al ser humano, por ser la única posible desde nuestro  
católicos (1690) o protestantes.  
estatuto de modos finitos de Dios, si bien tenemos la  
1
¿Por qué se sentían perseguidos los migrantes judíos en Holanda, en su mayoría venidos de Portugal? En los reinos musulmanes y cristianos medievales  
de la Península Ibérica, aunque se discriminaba a los judíos, se los toleraba, por su aporte a la economía. Tras la peste negra (1348) cleros fanáticos  
culparon de esta, como chivos expiatorios, a los “asesinos de Cristo”. En 1391 hubo un genocidio popular de judíos en Aragón y Castilla. Una ley de  
1
412 les obligó a portar una rodela rojiza en la ropa sobre el hombro derecho. Así, del cerca de ¼ de millón de judíos que había, algunos huyeron a los  
países limítrofes, y más de la mitad se convirtieron al catolicismo, de modo que, por el año 1415, solo quedaban unos 100 mil atados a su fe, muchos  
de ellos huidos al campo, donde apenas se les perseguía. Desde 1490, en las ciudades, por una década se les recluyó en barrios rodeados de un muro,  
o guetos llamados juderías -igual que a los moros-, de los cuales solo podían salir si su trabajo lo exigía. Para 1492, en Castilla quedaban unos 80 mil  
judíos, y poco más de 60 mil en Aragón, y en ambos reinos había más prestamistas y comerciantes cristianos que judíos; luego su poder político era  
minúsculo y su papel económico, modesto. Pero la exigencia de un Estado moderno no era coherente con la existencia de grupos con cierta autonomía;  
y los judíos, por tener poco poder y ser rechazados por la mayoría de la población, fueron los primeros en ser atacados. En efecto, la inquisición fue  
introducida por Isabel la Católica en Castilla (1478) con la excusa de reprimir a los judíos convertidos al cristianismo que, clandestinamente, practica-  
ban sus creencias judaicas, quienes el pueblo empezaba a llamar marranos. El 31-III-1492, Isabel y Fernando firman el edicto por el que los judíos, en  
máximo 4 meses irían al exilio. Podían decidir el destierro o la conversión al cristianismo. Ver datos en direcciones web: https://es.wikipedia.org/wiki/  
Marrano_(judeoconverso) y https://es.wikipedia.org/wiki/Expulsión_de_los_judíos_de_España.  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
79  
Facultad de Derecho  
capacidad de conectarnos con aquel todo que, a la vez,  
nos atrae y determina. He ordenado este resumen, en  
base los capítulos 1 y 2 de la Ética., que son la base  
de su análisis de los afectos. Mis comentarios van  
entreverados con los párrafos del resumen, precedidos  
por una “C”.  
PARTE I: DE DIOS (MARCO ONTO-ANTROPO-LÓGICO DE LA ÉTICA)2  
Según la Parte I de la Ética espinosiana, Dios es  
el universo, la totalidad de la naturaleza, que forma  
una única substancia con potencia infinita y eterna. Y,  
como es pura potencia en acto, originaria y origina-  
dora (Natura naturans), posee un infinito número de  
atributos que integran su esencia: todo lo que no sea  
absurdo tiene que darse. Así, en todo proceso real hay  
un determinismo absoluto. Esta ontología es un inma-  
nentismo naturalista que excluye toda trascendencia.  
En efecto, cada evento causal no es sino una manifes-  
tación necesaria de Dios, que es una auto-causa “no li-  
bre”, pues no ha podido dejar de hacer lo que ha hecho.  
o extenso (que sería un corte sincrónico o representa-  
ción fáctica de este en un momento dado). En el nivel  
3.º, están los Modos finitos, con sus duraciones varia-  
dísimas; y los dos perceptibles para la humanidad son  
los pensamientos y los cuerpos extensos concretos, que  
también son necesarios, por surgir y perecer dentro  
de cadenas causales del ser. De ahí que entender algo  
como contingente sea una deficiencia del conocimien-  
to humano, ya que desconocemos la mayor parte del  
orden y dinámica de las causas.  
Para cada modo humano finito hay correspondencia  
entre su cuerpo extenso y la idea de este; es decir, su  
alma, que es también idea de sí misma: autoconciencia;  
de ahí que ella muera con el cuerpo. Además, dado el  
paralelismo cuerpo-idea, “el orden y conexión de las  
A Dios se le puede pensar también en un 2.° plano, el  
de los modos que tiene Él de presentarse: la natura na-  
turata, y cada modo del ser puede captar solo los seres  
que son coherentes con su propia realidad. El Árbol o  
Sistema modal del ser incluye tres géneros.  
3
ideas es el mismo que el… de las cosas” (II: 7) ; este  
es el principio base de la epistemología y la teoría de  
la verdad espinosianas. Un cuerpo se distingue por  
las relaciones internas de movimiento y reposo que le  
constituyen: por su esencia; y, hacia fuera, por su ince-  
sante interrelación (occursus = encuentro) con otros;  
y la duración de cada cuerpo consiste en todos los en-  
cuentros o afecciones que experimenta: en las modifi-  
caciones de su potencia o fuerza existencial (que es su  
esencia), causadas por los cuerpos con los que sin cesar  
interactúa. Respecto al alma, “las ideas que tenemos  
de los cuerpos exteriores revelan más la constitución  
de nuestro cuerpo que la naturaleza de los cuerpos  
exteriores” (II: 16, Cor. II). Luego la autoconciencia  
humana es implícita, pues “El alma no se conoce a sí  
misma sino en cuanto percibe [consciente o incons-  
cientemente] las ideas de las afecciones del cuerpo”  
(II: 23), es decir, los cambios (o sensaciones) que vive  
ese cuerpo. El ser humano tiene una memoria subje-  
tivo-objetiva, consistente en “cierta concatenación de  
ideas que implica la naturaleza de las cosas que están  
Según el 1.º, de cada atributo divino se sigue en forma  
necesaria y directa un Modo infinito inmediato, que  
expresa una parte de la esencia de Dios. Hay solo dos  
atributos cognoscibles para la humanidad: el pensa-  
miento y la extensión. El modo infinito inmediato del  
pensamiento es el Entendimiento Absolutamente Infini-  
to: el orden y conexión universal e impersonal de las  
esencias racionales o ideas-en-Dios, que da cuenta del  
orden y conexión de las causas de las cosas; y, así, es  
la garantía ontológica de la verdad. El modo infinito  
inmediato de la extensión es el Movimiento y el Reposo:  
las leyes del comportamiento de los cuerpos.  
En el 2.º género, el de los Modos infinitos mediatos, los  
dos accesibles al ser humano son: la totalidad fáctica  
actual del pensamiento (que Spinoza no identifica, y  
que tal vez sea la actual comunidad total de las mentes,  
sean o no humanas) y la faz actual del universo físico  
2
3
Los comentarios del autor están precedidos por la letra C-.  
Nos referiremos así a las frases tomadas de la Ética (la traducción de Vidal Peña): entre paréntesis irá, en números romanos, el capítulo (del I al V),  
en que se halla el texto citado; seguido de dos puntos, irá el número arábigo que corresponde a la proposición de que se trate; y, cuando sea el caso, se  
pondrá que se trata de una demostración (Dem.), un corolario o consecuencia lógica (Cor.), o un escolio o nota al margen (Esc.).  
80  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
Facultad de Derecho  
fuera del cuerpo…, y que se produce en el alma según  
el orden y concatenación de las afecciones del cuerpo  
humano” (II: 18, Esc. [a]).  
y malo lo que se la resta; y, desde el enfoque absoluto  
de Dios-Universo-Naturaleza, todo evento es perfec-  
ción, pues es causado por Él. Igual pasa con conceptos  
como los de fealdad o belleza, pues no son tanto una  
cualidad de cierto objeto como un efecto que se da en  
quien la considera; ya que las cosas, tomadas en sí mis-  
mas o en su relación con Dios, no son ni bellas ni feas.  
En general, “la perfección y la imperfección son solo…  
nociones que solemos imaginar a partir de la compara-  
ción entre sí de individuos de la misma especie” y “en la  
medida en que les atribuimos algo que implica negación  
–como término, límite, impotencia, etc.– los llamamos  
imperfectos” (IV: Prefacio [e]). Bien y mal son nocio-  
nes que formamos a partir de la comparación entre las  
cosas. Respecto a ese conjunto de modos finitos que es  
la humanidad, es bueno todo lo que sabemos con certe-  
za que es un medio para acercarnos al modelo ideal de  
naturaleza humana que nos proponemos, y malo lo que  
nos aleja de ese modelo; y un ser humano es perfecto o  
imperfecto, según se aproxime o aleje de tal modelo.  
Si en su experiencia interna, o en un encuentro con  
otros cuerpos, el nuestro aumenta su potencia de ac-  
ción, el alma se ve afectada de alegría; mas, si la poten-  
cia del cuerpo cae, el afecto del alma será la tristeza. En  
suma, los afectos son las ideas (que se dan en el alma)  
sobre las afecciones del cuerpo. En la mayoría de los  
modos humanos, la potencia del alma tiende a aumen-  
tar o disminuir en forma determinista y paralela con  
las variaciones de la potencia del cuerpo; y, así, los in-  
dividuos siguen sin saberlo (ciegamente) a sus afectos,  
los padecen y, son siervos de ellos. De esta forma viven  
en ese género 1.° de conocimiento (y vida) que es la pa-  
4
sión, pues ellos no son sino causa inadecuada de lo  
que sienten o hacen y, por tal motivo, sus vivencias es-  
tán casi ciegamente prescritas por las cadenas de cau-  
sas que enlazan la historia relacional de los cuerpos.  
Pero hay seres humanos que obran y, por tanto, viven  
en la acción, o género 2.° de conocimiento, ya que son  
causa adecuada de lo que ocurre en su cuerpo y, así,  
perciben clara y distintamente los efectos de sus actos.  
C.–Hoy sabemos que tal modelo va cambiando con el  
tiempo según la cosmovisión de cada época.  
Ya vimos que, desde la perspectiva absoluta del ser, la  
perfección en general es la realidad: la esencia de una  
cosa cualquiera en cuanto que opera de cierto modo,  
sin tener en cuenta su duración (= vista desde la infi-  
nitud divina); y, en este escenario total, el valor del ser  
humano y de su ideal de perfección es solo relativo. De  
ahí que, para incrementar su potencia, un tigre tenga  
derecho de zamparse a un hombre. Otra consecuencia  
del cruce entre los planos, absoluto y relativo, es que  
desde el 2.º se consideran las causas finales (teleología)  
relativas un modelo histórico ideal; y, sobre todo en  
el modo humano, hay grados de libertad. Pero, desde  
el 1.º, todo evento está regido por un determinismo  
inexorable y solo Dios es libre; por tales motivos, los  
hombres llaman causa final a lo que solo es su fin uni-  
lateral: a la utilidad que apetecen según su naturale-  
za o potencia, por ser inconscientes de las causas que  
los determinan a apetecer algo. También “consideren  
las cosas de la Naturaleza como si fuesen medios para  
conseguir lo que les es útil” (I: Apéndice [c]) y “juzgan  
necesariamente de la índole ajena a partir de la propia”  
En el ámbito individual, una vida ética sana consiste  
en esforzarse al máximo por ir pasando del estadio de  
la pasión, en que el alma vive dominada por los afec-  
tos, al de la acción, donde el alma se guía más por la  
razón, aliada con los afectos positivos, que aumentan  
la potencia anímica; así, ella se va haciendo más auto-  
consciente y libre. En la esfera supra-individual, todo  
cuerpo debe combinar su potencia con la de otros que  
sean compatibles con él; de ahí resulta otro cuerpo de  
mayor potencia que tenderá a acrecentar esta, de acuer-  
do a la ley universal del conatus, según la cual todo  
cuerpo se esfuerza por conservar su potencia y, en lo  
posible, por aumentarla. Por lo tanto, en un plano cog-  
noscitivo (gnoseológicamente), podemos tomar como  
unidad de análisis cualquier nivel de complejidad de la  
composición entre cuerpos: una molécula, un múscu-  
lo, el cuerpo entero de un animal, un rebaño...  
Desde la relatividad de un modo finito dado, es ética-  
mente bueno lo que eleva su potencia de acción y vida,  
4
En la Ética espinosiana, una causa es inadecuada (término cartesiano) por ser secundaria y muy débil, ya que el alma de las personas pasionales la vive  
de manera confusa, sin conocer propiamente su estatus.  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
81  
Facultad de Derecho  
(
Ibíd.): al verlo todo desde sus afectos, tienden a abso-  
nociones como las de bien/mal, orden/desorden, mé-  
rito/pecado... Estas provienen de construcciones ima-  
ginativas de la realidad trazadas a partir de intereses  
particulares egoístas que lo ordenan todo desde ideas  
inadecuadas tales como los pares agradable/desagra-  
dable o sano/corrompido que, falsamente, se atribuyen  
a las cosas como si formaran parte de la naturaleza de  
estas. En suma, “las nociones por las cuales suele el  
vulgo explicar la Naturaleza son solo modos de ima-  
ginar, y no indican la naturaleza de cosa alguna, sino  
solo la contextura de la imaginación”; y ellas “no son  
más o menos perfectas porque deleiten u ofendan los  
sentidos de los hombres, ni porque convengan o re-  
pugnen a la naturaleza humana” (I: Apénd. [i]).  
lutizar sus puntos de vista, que no son sino relativos.  
C.–En Aristóteles, la causa final es el telos o meta ideal  
de perfección que corresponde a la naturaleza de  
cada ser. Luego su filosofía es teleológica (encami-  
nada hacia cierta causa final modélica), y el obje-  
tivo ético de cada ser humano es esforzarse, toda  
su vida, para desarrollar al máximo sus facultades,  
a fin de lograr la perfección que corresponde a su  
naturaleza y alcanzar así la felicidad. Mas, en la éti-  
ca espinosiana, solo habría cierta teleología implí-  
cita en el 2.ª género de conocimiento; dado que, en  
cada época, se redefine el modelo de ser humano  
que es útil para desarrollar la potencia individual  
o colectiva. Pero la mayoría de los seres humanos,  
que viven bajo la égida de sus afectos, llamarían  
C.–Así, para Spinoza, el ámbito de la pasión es el rei-  
no de las visiones relativas y parcializadas. La ob-  
jetividad solo sería alcanzable a nivel del género  
cognoscitivo de la acción. Esta visión, centrada en  
las nociones comunes (aquellas en las que coincidi-  
mos) y en las causas de las realidades, permitiría  
juzgar las divergencias culturales sin caer en un re-  
lativismo absoluto, así como tratar de vislumbrar  
sus posibles complementariedades (la composición  
de potencias).  
causa final” (si conocieran este término) a los in-  
tereses personales surgidos de sus afectos y deseos.  
En suma, el discurso ético de Spinoza da impor-  
tancia al análisis de los fines unilaterales que do-  
minan la imaginación humana.  
Como cuerpo colectivo, la humanidad avanza por obra  
del desarrollo de su potencia en base a los medios con  
los que cuenta: el entendimiento o razón, por un lado,  
y los afectos asociados a las sensaciones, que producen  
una construcción imaginativa del mundo plagada de  
sesgos unilaterales.  
La perspectiva relativa con la que el modo humano se  
concibe necesariamente a sí mismo puede conectarse  
mucho mejor, mediante la guía de la razón (que cono-  
ce el ser de los afectos y el sesgo que generan en nues-  
tros saberes cotidianos), con el punto de vista de Dios.  
C.–Tales sesgos suelen estar impulsados por los de-  
seos de placer o de poder que dominan la mente  
de cada quien.  
Esta visión “divina” se aproxima a una tentativa de al-  
canzar las leyes de comportamiento de la realidad, si-  
milar a la del método y el saber científicos, pues toma  
como base ética una concatenación racional-objetiva  
de los afectos.  
Las concepciones o nociones comunes que comparten  
varios grupos humanos suelen provenir más bien de  
entender las cosas mediante el uso de la razón. El ám-  
bito en el que difieren las cosmovisiones, y por lo tanto  
es probable que entren en conflicto, se genera debido  
a estructuraciones de la experiencia vital en torno a  
C.–De esta suerte, permite abrir, en la teoría, una pers-  
pectiva de iusnaturalismo moderna, secularizada.  
PARTE II: DE LA NATURALEZA Y ORIGEN DEL ALMA  
(LOS TRES GÉNEROS DE CONOCIMIENTO)  
Spinoza trata de acceder al punto de vista afín a  
Dios y acercarse al saber absoluto, mediante la distin-  
ción entre dos mundos mentales. 1.° define la imagi-  
nación y sus ideas inadecuadas o forjadas (falsas: mu-  
tiladas y confusas); que, por nacer extrínsecamente  
(debido a la influencia de otros cuerpos) y, así, por  
afectos generados en el alma “según la fortuita pre-  
sentación de las cosas” (II: 29, Esc.), son “privación de  
82  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
Facultad de Derecho  
conocimiento” (II: 35) y dependen solo de la memoria.  
.° define la potencia del entendimiento, consistente en  
razón) nos libera de las pasiones. Veámosles uno a uno  
desde la perspectiva de la Ética.  
2
sus ideas adecuadas (verdaderas: claras y distintas),  
que surgen en el alma cuando “es determinada de un  
modo interno, –... en virtud de la consideración de  
muchas cosas a la vez– a entender sus concordancias,  
diferencias y oposiciones” (II: 29, Esc.) y, así, son nor-  
mas de sí mismas y de lo falso. Ellas nos hacen conocer  
la causa eficiente de la cosa a la que se refieren; porque  
sus definiciones son genéticas, pues indican cómo han  
llegado a ser las cosas en la dinámica de las cadenas  
causales reales, de manera que constituyen la esencia  
del entendimiento. La vía para lograr acceder a estas  
ideas tan potentes es una meditación asidua y la más  
grande firmeza de decisión, que solo se logra prescri-  
biéndose una regla de vida y un fin bien determinado.  
Mas, ya que las ideas inadecuadas son parte de la his-  
toria del pensamiento humano y se suceden en el alma  
con igual necesidad que las adecuadas, pues todas las  
ideas “en cuanto referidas a Dios, son verdaderas”  
1. El ignorante vive dominado por sus propios afec-  
tos, y está zarandeado por las causas externas que  
los generan en nosotros. Es casi inconsciente de sí  
mismo y de las cosas (V: 42, Esc.). Posee una opi-  
nión conjetural (compuesta casi solo de supuestos y  
muy poco de certezas bien fundadas), básicamente  
incorrecta, generada por la imaginación, asociada  
a las pasiones egoístas, a las que a su vez atiza.  
C.–He aquí un claro bucle de condicionamiento mu-  
tuo, o causalidad circular, entre la opinión y el con-  
junto funcional imaginación-pasiones.  
Quien siente hacia otra persona afectos tristes tales  
como odio o envidia, cree erróneamente que ese  
alguien es causa de sus propias obras y que, así,  
no se está determinado por Dios. Al inicio de la  
vida todos vivimos en la pasión. Ella va unida a la  
creencia de las opiniones ajenas y a la inducción, y  
sus aumentos de potencia son casualidades, regalos  
espontáneos de la vida. Por ej., si a alguien que an-  
hela algo que supone ser bueno sin serlo le falta el  
valor o la diligencia para llevarlo a cabo, debido a  
esta cobardía o desidia suya se libera, por casuali-  
dad, de ese mal.  
(
II: 32) y “ninguna es inadecuada ni confusa, sino en  
cuanto considerada en relación con el alma singular de  
alguien” (II: 36, Dem.), el conocimiento inadecuado es  
parte de la realidad; de ahí que el entendimiento, al  
dilucidar sus causas, genera a partir de él un conoci-  
miento adecuado.  
C.–Esta última declaración separa a Spinoza de los  
idealismos y lo ubica en el realismo de Maquiavelo  
o Ignacio de Loyola, que reconocen al afecto o de-  
seo como los motores primarios de la existencia  
humana personal.  
C.–De hecho, una gran parte de la vida de cada perso-  
na es generada por las dinámicas afectivas sociales  
de quienes la rodean: quienes la quieren le hacen  
favores tales como conseguirle un trabajo; quienes  
la odian siembran sus caminos de obstáculos y  
trampas de todo tipo. También “padece” los avata-  
res de la fortuna o suerte: 1) positiva, como ganar  
un premio o recibir gratas sorpresas; 2) negativa,  
tal como un accidente, o que alguien le robe...  
Hay tres géneros de conocimiento. 1) El pasional (o pa-  
sión), adquirido por experiencia vaga o de oídas, se da  
dominado por los afectos, las sensaciones y la imagina-  
ción; su expresión es la opinión y, por él, sabemos que  
el perro ladra y casi todos los usos de la vida cotidiana.  
Los otros dos son racionales y se asocian con las ideas  
adecuadas. 2) La acción o fe verdadera es una convic-  
ción firme basada en razones bien fundadas que, por  
estar en relación con nociones comunes y causas, se en-  
tronca indirectamente con Dios. Por ej., cuando uno  
siente, su cuerpo llega a saber que el alma está unida  
a él y que dicha unión es la causa de esa sensación,  
pero no en qué consiste tal sensación o tal unión. 3)  
La unión con Dios es un conocimiento verdadero e in-  
tuitivo: es manifestación del objeto mismo al entendi-  
miento y constituye la “salvación”, ya que, al producir  
el amor auténtico a la realidad toda (asociado con la  
2. En este nivel abstracto del saber, la razón capta  
que varios cuerpos “concuerdan en ciertas cosas,  
las cuales deben ser percibidas por todos adecua-  
damente” (II: 38 y su Cor.): son las nociones comu-  
nes, los fundamentos de nuestro raciocinio. Este  
conocimiento, que al igual que la ciencia maneja  
ante todo entes de razón generales, consta de ideas  
adecuadas (lógicamente concatenadas según la co-  
nexión de las cadenas de causa-efecto que ocurre en  
las relaciones entre los cuerpos). Solo él nos lleva a  
distinguir el bien del mal; de aquí que nos señale  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
83  
Facultad de Derecho  
las pasiones tristes que hay que destruir y que sea  
la “fe verdadera” de la que proceden los buenos  
deseos. Aunque nada más puede decir qué le co-  
rresponde ser a la cosa y no qué es ella en verdad,  
supera la opinión dudosa (1) y posibilita el acceso  
al tercer género de conocimiento (3).  
C.–Aquí se muestra el afán que tiene Spinoza de conec-  
tar la conciencia humana con la realidad externa,  
tan importante en la corriente más realista del filo-  
sofar de Occidente, aquella que siempre ha impul-  
sado el conocimiento científico desde Aristóteles  
hasta la actualidad, a pesar de los escepticismos.  
C.–El plano que sigue, que es el más elevado del saber,  
enlaza al autor, hacia el pasado, con las concepcio-  
nes de Platón y Aristóteles acerca del nous, de la  
sabiduría, con la tesis de Descartes sobre la razón  
intuitiva; y, hacia el futuro, con el punto máximo  
del desarrollo del Espíritu en Hegel.  
Si no pudiéramos extender nuestra voluntad más allá  
de los confines de nuestro entendimiento, tan limita-  
do, no tendríamos el poder de dar un paso adelante,  
pues casi todos nuestros actos son inciertos y llenos  
de peligros. Por este motivo, desde la perspectiva hu-  
mana relativa pero concreta y vital, es virtuoso quien  
se esfuerza por abstenerse del crimen, dado que este  
repugna a su naturaleza singular y le alejaría del cono-  
cimiento y amor a Dios; pero no quien lo hace por el  
mero miedo al castigo. En fin, seríamos peor que los  
gusanos ni no nos arriesgáramos a ejercer nuestro li-  
bre albedrío más allá de las certezas seguras que, según  
aspiramos, nos llegará a brindar nuestro entendimien-  
to de las leyes profundas del ser.  
3
. El nivel más alto de conocimiento es la ciencia in-  
tuitiva, que se une al núcleo de los afectos alegres,  
al amor verdadero o amor intelectual a Dios. En-  
laza al entendimiento humano con el divino y nos  
permite vivir la libertad de la Naturaleza, concebi-  
da como realidad concreta; pues aquí volvemos a  
considerar los modos generales del ser, mas ya no  
desconectados entre sí, como sucedía en la pasión,  
sino articulados por su relación esencial al todo.  
Consiste en una convicción fundada en la unión  
inmediata con la cosa misma: el conocimiento ade-  
cuado de la esencia de uno mismo, de las cosas, de  
Dios; y este debe ser tanto el fin último del hom-  
bre que se guía por la razón, como el supremo es-  
fuerzo de su alma y el culmen de su virtud. Solo se  
puede efectuar por una composición de potencias,  
al interior del alma, entre el afecto alegre y la razón,  
y apunta a la perfección de ese modo corporativo  
que es la humanidad entera. Sus imágenes poseen  
mayor potencia que las distorsionadas nacidas de  
la imaginación, porque se hallan conectadas a una  
red grande de otras imágenes claras y distintas y,  
así, es enorme la cantidad de causas por las que  
pueden suscitarse.  
C.–Los conceptos de las últimas siete líneas han sido  
tomadas de una Carta de Spinoza a Guillermo de  
Blyenbergh, donde asocia la idea de voluntad en-  
tendida como afirmar o negar, al concepto de liber-  
tad (Carta 21, 28-I-1665). Ellas son un testimonio  
de que el autor no era un realista ingenuo, sino que  
conocía bien, sobre todo por Descartes, los gran-  
des problemas con que se enfrenta nuestra mente  
al tratar de enlazarse con la realidad exterior.  
Solo respecto a la voluntad, nuestras obras se llaman  
buenas o malas. En la Naturaleza no hay sino cosas y  
acciones, pero el bien y el mal, como conceptos gene-  
rales, no son sino relaciones; luego ambos deben ser  
entes de razón. Su objetividad nada más pudiera darse  
al nivel de las esencias existentes de modos singulares  
finitos; por ej., se habla de la bondad de Pedro o de  
la maldad de Judas. Y solo es objetivo el bien; ya que,  
cuando hablamos de mal o de pecado, por tratarse  
solo de imperfecciones, no son algo real, pues, desde la  
perspectiva divina (la de la totalidad del ser) solo exis-  
te la perfección, y nada es error, falencia o privación.  
La voluntad es la afirmación (Bejahung) o decisión: “el  
poder de afirmar y de negar” en general. Es la idea de  
una volición: un mero ente de razón que no puede cau-  
sar nada. Desde la perspectiva absoluta de Dios o del  
ser (captado en el nivel 3.º de conocim.), el entender  
humano es “un cerciorarse en el alma de la existencia  
y esencia de las cosas” (Breve Tratado. II: 16, 4); pero  
C.–En el plano ontológico, Spinoza tiene aspiraciones  
idealistas: la realidad última es pura perfección y,  
desde el punto de vista de la totalidad del ser, nada  
es malo. Esta idea no solo conecta su ontología  
jamás somos nosotros los que afirmamos o negamos  
algo de la cosa, sino que es la cosa misma la que afirma  
o niega en nosotros algo de sí misma” (Ibíd. 5).  
84  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
Facultad de Derecho  
con Platón, sino también con la filosofía teológica  
medieval, donde, en el plano de la providencia del  
creador, había una ausencia total de prefiguracio-  
nes del mal o del pecado; estos se reducían a ser  
productos del ejercicio de la libertad humana.  
del Esc.); y mal, “todo género de tristeza, principalmen-  
te el que frustra un anhelo” (Ibíd.). Así, el deseo de cada  
quien determina qué es bueno o malo para esa persona,  
pues “no deseamos algo porque lo juzguemos bueno,  
sino que lo llamamos bueno porque lo deseamos, y lla-  
mamos malo a lo que aborrecemos” (Ibíd.).  
En general, las carencias de cualquier tipo solo las po-  
demos definir y juzgar desde el plano humano indivi-  
dual, colectivo o total (la humanidad o especie), y estas  
diversas ópticas chocan habitualmente entre sí, porque  
se las constituye a partir desde la óptica más o menos  
sesgada de los deseos y afectos. Además, las pasiones  
tristes, por lo común tienden a privarnos de la cuo-  
ta de perfección que postulamos como deseable para  
cada entidad, sea personal o corporativa. En el marco  
relativo de la perfección humana general, bien es “todo  
género de alegría y todo cuanto a ella conduce y, princi-  
palmente, lo que satisface un anhelo” (III: 39 Esc. y 9 fin  
En suma, los valores por los que se rige un ser humano  
dominado por la pasión son, ante todo, una proyec-  
ción de sus deseos. Por último, vistos desde la esfera  
divina, los seres humanos malos, como no conocen  
verdaderamente a Dios, no son otra cosa que un ins-  
trumento en manos suyas que se destruye sirviendo,  
“mientras que los buenos sirven sabiéndolo y se vuel-  
ven más perfectos al servir”. Estas últimas ideas se ha-  
llan en una misiva de Spinoza a Blyenbergh (Carta 19,  
6; 5-I-1665), que es anterior a la citada al final del pe-  
núltimo comentario que precede.  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86  
85  
Facultad de Derecho  
BIBLIOGRAFÍA  
Espinosa, Baruch de. Ética demostrada según el orden  
geométrico. (1675). Madrid., Ed. Nacional. 3ª ed.:  
Spinoza, Baruch. Breve Tratado sobre Dios, el hombre y  
su felicidad (1661). Una traducción anterior publi-  
cada en 1852.  
1
980. Trad., introducc. y notas de Vidal Peña.  
86  
CÁLAMO / Revista de Estudios Jurídicos. Quito - Ecuador. Núm. 9 (Julio, 2018): 78-86